jueves, 18 de junio de 2015

Partitura. Ángel Boix




¿Ha oído usted por la calle a un violín y una viola, tocando a Vivaldi, J.S. Bach, o a Brahms, o el Ave María de Schubert?
Yo sí, ayer; en la calle Tetuán.
A dos músicos jóvenes. Rubitos. Posiblemente venidos de la vieja Europa.
Por un lado, tenía un cierto sentimiento de tristeza, al contemplar, que para ganarse la vida, tienen que demostrar su arte, que no es ciencia infusa, hay que poner un platillo para que la gente deposite monedas. Detrás hay estudio, ensayo y valer.
Por otro, un poco de envidia, de no saber música. En mi época no se estudiaba apenas.
En los Institutos, nada. En los pueblos solo el cura pero muy limitado.
En nuestra cultura, solo se pasaba de la guitarra al piano en las familias de bien.
Yo lo procuré con mis hijos: Tocar un instrumento. Hablar inglés y/o un cinturón negro en artes marciales, podías ganarte la vida. Ahora se dan cuenta. Sigue vigente.
Pero yo, ayer, disfruté como en un gran concierto.
Lástima que solo se paraban a escuchar personas mayores.
La gente joven pasaba indiferente, hablando alto, sin detenerse.
Hasta que en la misa, la gente no cante leyendo una partitura, creo que hasta entonces, no estaremos del todo en Europa.

miércoles, 3 de junio de 2015

Balada de las dos Sevillas



Unidas, una creyente  otra pagana
adulan  vírgenes, rezos y  jaranas,
presencia del pueblo con beatones.
Pasión, gentío, comedia humana.
La Giralda voltea sus campanas.
Ellas,  desnudez  de rojo y grana,
farolillos, manzanilla, verónicas,
oro de ley reluce la Maestranza
Carmen se mira en el espejo del río.
Las dos Sevilla  chispean garbos,
cantan y bailan con el Giraldillo
dibujan azules por  sevillanas.


Francisco Vélez Nieto